Itinerario del buen chelero - MalaVecindad BeerHotel

Itinerario

Del buen chelero

¿Conoces esa sensación de beber un trago largo y helado de cerveza después de un día de actividades bajo el sol? Sí, como alcanzar el nirvana.

Para que puedas reproducir esa sensación cada que llegues a Mala Vecindad te proponemos algunas excursiones imperdibles en la Ciudad de México.

Día 1: Teotihuacán

Por la mañana: Descubrir los misterios de civilizaciones perdidas no es sólo para los aficionados a Indiana Jones. Teotihuacán es una de las zonas arqueológicas más sorprendentes a nivel mundial. Camina por la Calzada de los Muertos, sube la Pirámide del Sol, descubre toda su belleza desde el cielo sobre un globo, y desde el subsuelo, a gatas, dentro de los túneles secretos.

Por la tarde: Regresar a Mala Vecindad, sentarse, levantar los pies, beber una cerveza, descansar y admirar el atardecer de la Ciudad de México, sintiéndose aventurero.

Día 2: Coyoacán

Por la mañana: Coyoacán es reconocido por sus ilustres residentes, artistas y estudiantes, específicamente porque fue morada de Frida Kahlo y Diego Rivera. Puedes visitar La Casa Azul, ver algunas de las obras de la artista, sus rústicos muebles y algunos de sus vestidos. Después, date el chance de perderte por las calles en la periferia, admira las residencias coloniales y plazas en las cuáles te reciben globeros, organistas, lustrabotas, esquiteros, y heladeros. Coyoacán tiene restaurantes, cantinas, tiendas boutique, mercados de artesanías y, ¿ya mencionamos cantinas?

Por la tarde: Regresar a Mala Vecindad, sentarse, levantar los pies, beber una cerveza, descansar y admirar el atardecer de la Ciudad de México, sintiéndose artista.

Día 3: Xochimilco

Por la mañana: Declarado Patrimonio Cultural de la Humanidad por la UNESCO, Xochimilco es una aventura imperdible. Flota tranquilamente sobre una trajinera, disfruta de su inusual estructura a base de chinampas y entretente con el folklor mexicano. Canta con los mariachis y disfruta el sonido de la marimba, bebe cerveza o aguas frescas y prueba algunos antojitos clásicos, como unas quesadillas con queso.

Por la tarde: Regresar a Mala Vecindad, sentarse, levantar los pies, beber una cerveza, descansar y admirar el atardecer de la Ciudad de México, sintiéndose satisfecho.

Día 4: Museos

Por la mañana: La Ciudad de México es famosa por sus museos. Hay para todos los gustos, edades y tamaños. Museos de arte contemporáneo como el Museo Tamayo, el Jumex, el Museo de Arte Moderno, el MUAC, el Franz Mayer. Museos de Historia como el Museo Nacional de Antropología, el Museo del Templo Mayor y el de Memoria y Tolerancia. En el MUNAL encontrarás arte clásico. Y en el Estanquillo… bueno tendrás que visitarlo, porque es toda una experiencia.

Por la tarde: Regresar a Mala Vecindad, sentarse, levantar los pies, beber una cerveza, descansar y admirar el atardecer de la Ciudad de México, sintiéndose un poco más culto.

Día 5: Chapultepec

Por la mañana: Visitar Chapultepec. Para el paseante aparenta un parque, casi como cualquier otro, con jardines, bancas, familias domingueando, clases de yoga, corredores, un restaurado jardín botánico, lagos, centros culturales, canchas deportivas, actividades, mesas para picnic y un castillo (el majestuoso Castillo de Chapultepec, que desde hace años alberga en sus Históricas paredes el Museo Nacional de Historia). Pero el bosque de Chapultepec es mucho más que eso. Es el mero mero pulmón de la Ciudad de México; y tiene la difícil tarea de limpiar en la medida de lo posible, el aire de la megalópolis.

Por la tarde: Regresar a Mala Vecindad, sentarse, levantar los pies, beber una cerveza, descansar y admirar el atardecer de la Ciudad de México, sintiéndose un poco más aireado.

Día 6: Centro Histórico

Por la mañana: Quedándote tan cerquita del hotel, ¿por qué no lo habías visitado antes? Comienza con la clasiquísima visita a Bellas Artes, y si ya te recuperaste de tu día de museos puedes visitar la exposición permanente o la temporal. Ve a conocer el mirador de la Torre Latinoamericana e intenta encontrar Mala Vecindad desde las alturas. Camina por el andador Madero, déjate llevar por la marea de gente que hace su procesión diaria, hasta llegar al Zócalo. Sube a los campanarios de la Catedral Metropolitana de la Asunción de la Santísima Virgen María a los cielos de Ciudad de México (la Catedral, para los cuates), visita el Templo Mayor, y luego échate unos taquitos de canasta. Podrías también ir a admirar los murales de la Suprema Corte de Justicia de la Nación. En nuestro Centro Histórico también se encuentra el museo mural Diego Rivera, el Bar La Ópera (con la marca de un balazo de Pancho Villa, y más de 140 años de Historia que ha desfilado frente y dentro de sus puertas), la Casa de los Azulejos, el Museo de Arte Popular (sí, hay más museos), la Alameda Central. Vive un día repleto de actividades a unas cuantas cuadras de distancia.

Por la tarde: Regresar a Mala Vecindad, sentarse, levantar los pies, beber una cerveza, descansar y admirar el atardecer de la Ciudad de México, sintiéndose un poco más mexicano.

Día 7: Mercados y bazares

Por la mañana: Con casi tantos como museos, la Ciudad de México es famosa por sus mercados y bazares. Los intrépidos querrán conocer el mercado de Sonora, que cuenta con una amplia sección dedicada a esoterismo, brujería y curandería; venden hierbas, animales, objetos, velas, entre otras tantas curiosidades.

Querrán por igual, visitar el Mercado de San Juan y probar la gran variedad de alimentos tradicionales, y por alimentos queremos decir chapulines, hormigas, escorpiones, gusanos, chinches, armadillos, lagartos, frutas exóticas y recetas prehispánicas. Para los no tan aventados, están los bazares pipirisnais como el bazar del sábado, con puestos de aretes, velas, manualidades, catrinas, libros, joyería y algunos antojitos.

Por la tarde: Regresar a Mala Vecindad, sentarse, levantar los pies, beber una cerveza, descansar y admirar el atardecer de la Ciudad de México, sintiéndose un poco más gastado.